BUENOS AIRES.- La que terminó, quizás haya sido la semana más traumática de Boca en los últimos años. Un partido de fútbol después de reproches casi públicos de sus jugadores en conferencia de prensa, golpes de puño en el vestuario, y la declaración de guerra a cierto sector de prensa, parecía puesto por el mismo Diablo. Sin embargo, el fútbol fue la dinámica de lo impensado una vez más y el equipo de Carlos Bianchi derrotó a Racing de visitante por 2 a 1.
Mucho tuvo que ver también el pésimo momento de la “academia” de Reinaldo Merlo. Cinco derrotas, un empate y apenas una victoria es la foja de un equipo que parece no tocar fondo. Era sin dudas el choque de dos equipos que difícilmente tengan aspiraciones en el torneo pero que al menos, tuvieron la actitud necesaria para intentar ganar el partido.
Los dos grandes protagonistas de la semana, Juan Román Riquelme y Agustín Orión no influyeron demasiado en el partido tras haber sido sentenciados como los dos extremos en el vestuario “xeneize”. El que sí influyó fue nuevamente Juan Sánchez Miño que volvió a hacer un gol -golazo- y adelantó a su equipo con un bombazo en el primer tiempo.
En el complemento, ese esbozo de chispa que había mostrado Boca se esfumó por completo. Racing presionó y presionó hasta que consiguió lo que quería. Un agarrón de Daniel Díaz derivó en un penal que Sebastián Saja cambió por gol.
Cuando parecía que el local se lo llevaba por delante, la única jugada colectiva del segundo tiempo en Boca, terminó con un remate de Emmanuel Gigliotti que no pudo controlar Saja y que Cristian Erbes, pudo mandar adentro. Como faltaba poco, ese gol fue suficiente para liquidar a Racing.
Boca terminó feliz una semana complicada. Ademas, increíblemente, quedó a cuatro puntos de la cima. (Especial)